GRACIELA BORGES ESTUVO EN LA “SÉPTIMA NOCHE”

NOS DIO TEMA PARA UN RECUERDO IMBORRABLE

Vimos “Séptima noche”, el pasado sábado (13), por el “7” de la TV Pública (un latiguillo que se repite con molesta insistencia en el “canal de todos”). Otra excelente alternativa, frente al pronunciado bajón de TVR, versión 2008, en la grilla de los sábados a la noche.
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Juan Alberto Badía dialogó, esta vez, con Graciela Borges que ha sido siempre buena actriz, pero que “ha mejorado con los años”, sin duda. O lo vemos así ahora. Como la entrevista es breve, se torna doblemente buena, porque el telespectador se queda con las ganas de ver y escuchar algo más. Y no.
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De “Gra” recordamos cuando, en junio de 1962, vino para la “premiére” (se usaba entonces) de una película suya. “Propiedad”, el título de la que, según pudimos saber, fue su séptimo filme. Fue en el inolvidable Gran Cine Ocean. Unos días después, el 13 de junio, se estrenó en Buenos Aires.
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Pero más que eso, no podemos olvidar algo que sucedió con la entrevista a la actriz, muy jovencita por entonces (casualmente teníamos las misma edad). La hicimos en el café del Hotel Austral.
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En cierto momento, vimos salir del restaurant (aunque demasiado tarde para cambiar la historia) a un grupo de militares, uniformados. Cada uno retiró su ¿gorra? de un enorme perchero situado pegado casi a los mullidos sillones del recinto.
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Al otro día, uno de los circunstantes, con funciones en el Comando del Quinto Cuerpo de Ejército (Sarmiento 40 en ese tiempo) nos llamó a su oficina (hacíamos el Servicio Militar Obligatorio ese año). Y preguntó si disponíamos de autorización para no vestir el uniforme reglamentario de soldado, una razonable antigüedad de esas épocas pasadas.
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El resultado fue un arresto a cumplir, justamente, cuando se festejaba el Día del Periodista. Y por excepción, la publicación del reportaje quedó para días siguientes, porque la “cana” se prolongó largamente en el fin de semana inmediato. Después, vestir “de civil” fue una constante, en el resto del período en que cumplimos la obligación ciudadana de “servir a la Patria”, desde uno de los ángulos no siempre debidamente justificados, hasta que el notorio “Caso Carrasco” cerró la historia.
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No sabemos, es cierto, si “Propiedad” marcó algo en la frondosa y muy elogiada carrera cinematográfica de Graciela Borges. Que entrevistarla con las consecuencias ya apuntadas es un recuerdo inolvidable, es una verdad indiscutida. No había ni celulares ni email. Ella ni siquiera se enteró. Como anécdota, vale.
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De Internet claro (no tenemos en memoria datos puntuales) extrajimos algún apunte sobre la película de marras, que tuvo dirección de Mario Soffici, con guión de Jaime Potenze, Dalmiro Sáenz y Mario Soffici, según el cuento de Sáenz. Junto a Graciela estuvieron Mario Soffici, Nathán Pinzón, Zelmar Gueñol, Horacio Nicolai, Juan Carlos Galván, Tato Bores, Carlos Gómez, Nelly Beltrán, Maurice Jouvet y Carmen Llambí. La fotografía fue de Antonio Merayo; el montaje, de Jorge Garate; la música, de Tito Ribero; y la escenografía, de Emilio Rodríguez Mentasti.
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Nada más, sobre lo que es un recuerdo, de los albores de nuestra tarea periodística. ¿Si viene a cuento traerlo?. Que cada uno lo interprete según su punto de vista. Estará bien que lo haga, aunque no coincida. Fin.

FOTO
Graciela Borges, en otro tiempo. ¿Los de “Propiedad”?. Puede ser.